17.6.09

...Dead Motherfucker!

Esparcir los sesos de mi muerta Ex Novia a los cuatro vientos de un Martaso pareció no ser exactamente la mejor idea.

Escasos segundos después de haber apretado el gatillo, junto con la creciente obscuridad y rugir del viento, en el horizonte se empezaron a divisar pequeños puntos rojos... en pares.

Las siguientes escenas de mi memoria son confusas, aparentemente estaba perdiendo más sangre de la que creía, y el esfuerzo que estaba haciendo se empezaba a manifestar en Blackouts. Empezaba a pensar que el calificativo "Salado" estaba empezando a sonar sarcastico, obvio, cuando de comida Zombie se trata.

Las imágenes estan mezcladas en mi memoria, cortadas.

Recuerdo que empezé a correr, lo más rapido que podía, lo cual no era mucho más rápido que caminar apurado con palo ensartado en el orto. Ya casi llegaba a la camioneta.

Lo siguiente que recuerdo es subir, o mejor dicho treparme lastimosamente, a la camioneta. Este es el punto en el que uno agradece tener una camioneta con caja Automática cuando también se tiene un brazo medio inutilizado. Las llaves lógicamente las dejé puestas, di contactó y arrancó. Lamentablemente para mis nervios, caí en el acto reflejo de mirar por el espejo: puta costumbre de Conductor Citadino, totalmente INUTIL en casos de emegencia tipo "Mundo Obliterado". Aquellos puntos rojos habían avanzado, demasiado. Estaban cerca, a la altura donde el cuerpo en tetas y sin cabeza de mi Ex novia yacía. Se estaban armando un festin, se estaban diviertiendo, estaban festejando: estaban... desayunando.

La siguiente imágen es manejar furiosamente mientras la noche caía. Debo haber estado a 1 Kilómetro de casa.El siguiente flashback es la obscuridad completa... recuerdo no ver nada, manejar a mil, y no recordar cuál era el botoncito de las luces. Era muy tarde para rever el manual.

Acto seguido recuerdo el chirrido de las cubiertas, las chispas, el sonido a chapa arrastrando sobre asfalto. No tenia el cinturon puesto. Marta gritaba como loca.

El siguiente recuerdo de mierda que tengo es despertar. Ya es la segunda puta vez que me pasa eso de abrir los ojos pensanso "¿Y? ¿Me morí?". Tenía gusto a Sangre en mi boca. Marta se aferraba a uno de mis piés.

Intenté evaluar la escena en la que me encontraba.

Estaba amaneciendo, aunque no podía ver bien para afuera. La camioneta había volcado, aguantando su tonelada y media el endeble techo. Resultado de esto los vidrios reventaron y el techo colapsó un poco. Estaba en un cajón.
Evaluando mi salud, comprendí por qué no estaba muerto. Si bien el accidente no me mató, ni provocó ninguna herida grande, el otro gran peligro era desangrarme. Afortunadamente, y creo que fue Marta la que me salvó, los Tampones encontraron utilidad: uno de estos estaba prolijamente metido en el agujero que tenía a la altura de la clavícula izquierda. Se habia llenado de sangre, agrandado, hecho presión y cortado la hemorragia. ¡Aleluya por los Tampones!

Empezé a reirme, porque de hecho era para hacerlo. ¡El mundo hecho un gran pedazo de mierda y yo me salvo por un tampon! ¡Millones de personas masticadas por Zombies y yo salvado por algo que se mete en vaya uno a saber dónde! La medicina esta cada día más avanzada che.

La risa fué cortada de zopetón por un par de manos con mucho olor a podrido tratando de agarrar algo, del otro lado de la camioneta. No me llegaban, pero casi muero de un infarto al ver que alcanzaron la correa de Marta.
Intenté alcanzarla, pero la sacaron como si de un Big Mac se tratase, junto con una de mis zapatillas. No pude hacer nada, sólo escuchar.

La sacaron, Marta gritaba como si la fueran a Violar, aunque todos sabemos que ella bien se puede defender sola. Aparentemente empezaron a las tironeadas, gruñendose, haciendo "ggnngnnnnññññGGNNNNÑÑÑÑ", que supongo que en Zombie quiere decir "¡Damela hijo de puta! ¡Yo la encontré primero!". Hubo 5 minutos de "¡NNGGNNNÑÑÑ!" Y "¡ÑÑÑÑÑNGGGNNNNNNNNNNN!", lo que para mi era algo así como "¡Es mía!" y "¡NO!¡ES MÍA!". Todo el forcejeo terminó con un estruendo, acto seguido un cuerpo cayó al suelo. El otro pareció festejar con alegría (si es acaso eso posible), y segundos después se escuchó un ruido bastante raro. De pronto el Zombie pareció soltar a Marta y salir arrastrando los pies, como frustrado.

Empezaba a clarear, y me sentí lo suficientemente seguro como para aventurarme a salir.

Una vez afuera, me encontré con el cadaver de un Zombie, muerto, o muerto 2 veces, o como sea; en fin, sin cabeza. Marta yacía en el suelo, espantadisima. Cuando la alzé me di cuenta de qué habia sido el ruido: Marta no es comestible.

Mi hermosura de cuatro ruedas estaba medio hecha mierda, golpee algo, no sabía qué, y fué a parar de cabeza
Al principio pensé que era un cuerpo más de los cientos que habia por todos lados, pero cuando vomitó copiosamente sobre mi UNICO PIÉ DESCUBIERTO, cambié de opinión.

La primera reacción fue cambiarme los calzoncillos, la segunda lavarme el pie con ácido y la tercera empuñar a Marta. Sólo pude hacer algo hasta la tercera. El Zombie estaba apretado ahi, no se podía mover, por lo que era técnicamente inofensivo a no ser que tuviera la fuerza para mover una tonelada de hierro retorcido. Nop... no la tenia.

Me quedé mirandolo por un rato. Tratando de comprenderlo. Me miraba como si yo fuera un Helado de Chocolate y él un habitante de Turkmenistan en verano. Me seguía fijamente con la mirada como... como.......... como Mati.....

Pero todo intento de raciocinio de mi parte fué interrumpido de golpe. No era un pedo, no era hambre, era algo peor. Este Zombie del orto acababa de vomitar sobre mi pié desnudo. ¿Y si me convertía en Zombie? ¡A lo mejor el Virus se me contagiaba y a la mierda el intento de suicidio y la salvada de ojete con la camioneta! ¡¿Qué iba a hacer Marta sin mi!?
Lógicamente, y como todo el mundo sabe, cosa que yo me acordé cuando estaba por tirar del gatillo de Marta, no era de ESE tipo de Virus, o algun otro, porque si no, a esta altura, ya estaría buscando bocaditos de ojos. Ojos humanos.

Aún así, no podía estar del todo seguro, y francamente, tenia miedo.

Estaba cerca de casa, afortunadamente, asique me fui rengueando tranquilamente, con los huevos en la mano. Decidí no salir el resto del día, y me pasé el resto del día calentando agua en la cocina para darme un baño "caliente" (más bien tibio) con agua VillaVicencio.

Acto seguido, y a media tarde, me desmayé exhausto sobre mi colchón. Voy a intentar dormir, a pesar de que todavía tengo un poco de miedo de despertarme en medio de la noche y unirme a mis nuevos compañeros masticadores de Cerebros.

En fin... contra una pared. Pero no fué esto lo que me molestó, sino aquel pequeño detalle entre la camioneta y la pared.

[A continuación existía en este lugar un relato muy lindo y prolijito sobre el encuentro de Carlos con un Zombie, el cual vomitó en su único pié desnudo; lo dejó ahi mismo donde estaba y se fue para su Departamento, donde cayó en la cuenta de la gravedad del hecho de ser Vomitado por un Zombie. Un rato después, se fue a dormir, temiendo despertarse con hambre de Cerebros.
Ahora, juntemos las manos y rezemos a la Concha de la Puta Hermana de Blogger que perdió este pedazo de texto que me costó un huevo parir, y que ahora no existe más simplemente porque a él se le cantó en las pelotas borrarlo]

11.6.09

...Suck This...

Nada mejor que comenzar el día con un buen garco mañanero.


Se estaba poniendo jodido entrar a mi baño, por 2 razones. Primero porque el olor a Sangre era putrebundo, y segundo porque el Olor a mierdas previas era peor, sobre todo porque tenia cierto tufillo a Mostaza mucho más que asqueroso. No tener agua corriente es un temita cuando tirar la cadena ya no es viable, asíque tuve que idear una forma de cagar y no morir en el intento. Por lo que terminé descargando toda mi furia interior en los distintos baños de los departamentos vecinos. Obvio, siempre mantengo el que esta más cerca bien limpito, no sea cosa de que se me ocurra salir a cagar de noche; lógicamente hacerlo en la calle es una opción, pero no cuando miles de Zombies son capaces hasta de comerme la mierda.

Lo bueno de todo este festín de asquerosidades era que no existía una sola mosca, lo que es lógico una vez se asoma la cabeza por la ventana: había muchos mejores festines que mi olor a caca.


Los cortes de mis muñecas estaban sanando bien, se ve que los gérmenes de la mala alimentación combaten todo tipo de bacteria. En cuanto a mi estado de salud general es impecable. La caquita puede ser un poco líquida, pero bueno, todo este asunto del fin del mundo me da un poco de Estrés y mis intestinos son un poco susceptibles. Mentalmente hablando me encuentro bien, yo me veo bien, y Marta piensa lo mismo.


La orden del día era simple: el mastodonte motorizado necesita comida, y esa comida es Nafta, y la Nafta se Consigue en una estación de Servicio, pero no hay Luz, y sin Luz los surtidores no funcionan, y si los Surtidores no funcionan no hay Nafta, y si no hay Nafta no hay mastodonte motorizado, por lo que estoy originalmente hasta las bolas. La primera opción vino a mi mente bastante rápido: el Torino de la viejita de en frente. Era un Torino 380W, con motor Tornado Interceptor, se comentaba que hacía -3 Km por litro; era de su Marido, otro viejo pelotudo que le gustaban las picadas y se mató andando en bicicleta. Lamentablemente cuando fui a ver, el Torino no estaba. Asíque chau Nafta.


Estuve como una hora pensando mi próximo paso. Necesitaba Nafta, mucha, y no era fácil conseguirla. Me sentía Mad Max. Solo que sin el perro. Pero con Zombies.


La mejor opción era sin duda recorrer las estaciones de servicio de la ciudad, el tema es que dudo que lo que tengo de Nafta me alcance, por lo que decidí acercarme lo más posible a cada una CON la camioneta, estacionarla, y caminar algunas cuadras por mi cuenta, de esta manera siempre voy a tener la camioneta más o menos cerca y puedo intentar correr un par de cuadras si llegase a necesitar borrarme del lugar.


Había 6 estaciones de Servicio en la zona, por lo que inicié mi plan. Eran las 11 AM. Tenia que apurarme, porque si no, estaba al horno de verdad, no quería verme devorado mientras con intentaba una última ve dar vuelta la llave a ver si la camioneta arrancaba.

Las primeras 2 estaban desoladas. Eran estaciones de servicio chicas, de esas que le dicen “Sin Bandera”. No encontré mucho más que un desastre en el que lo único rescatable eran un par de Virginia Slims, unos Camaleón Edición Especial, Tampones (siempre hay que tener Tampones, eso me enseñó mi hermana) y algún que otro Kit de Primeros Auxilios. Pf, si claro, como si eso ayudara.. No fumo, no cojo, no uso tampones y hay Zombies, asíque era al pedo, pero me llevé todo igual, no sea cosa de que otro lo agarre.


La tercera era una EG3, y juro haber escuchado a Marta cagarse de risa, aunque ambos nos consentimos diciendo “qué pelotudos”, y seguimos nuestro camino. Marta es una grosa.


La cuarta opción parecía interesante, y de hecho lo era. Ni bien me acercaba, mientras casi me cago de un golpe con lo que parecía ser una teta a medio comer por gusanos, vi lo que podía llegar a ser mi salvación: un trailer de un Camión Cisterna.


Lamentablemente desconozco cómo cuernos se saca el combustible de ahí adentro; sinceramente nunca me puse a mirar cómo y donde los Playeros conectaban las mangueras, por lo que tenia un problema. Estuvimos meditando durante un par de horas con Marta; en posición fetal y con lágrimas saliendo de nuestros ojos, o bien de los míos nomás. Hacer el baile del Berrinche y cagarme en la Concha de Dios durante 2 horas pareció funcionar, porque un par de ideas brotaron.


Agarré a Marta, me posicioné a un par de metros de la Cisterna, puse los Slugs, y apunté. Era lógico: hacer un agujero en la Cisterna a una mediana altura, si era muy alto el agujero, tiraba más abajo, si era muy bajo, de última se vaciaba hasta la línea donde yo hubiera tirado. Con un par de baldes a mano, la vista bien fijada, y mucha confianza, apreté el gatillo.


Desperté 2 horas después.


El Slug no agujereó nada. Más bien rebotó. Donde no rebotó fue en mi hombro. Me tiró al suelo instantáneamente.

Desperté por una fuerte brisa fresca. Desperté porque estaba anocheciendo. Desperté para seguir estando vivo. Me tomó un par de minutos recuperarme. Me dolía el lado izquierdo. No veía bien, era a la altura de la clavícula. Dolía como la reconcha de la lora.


Estaba bajando el sol, por eso empezaba a hacer frío. A lo lejos se escuchaban cosas. Tenia que salir cagando de ahí, ya mismo. Agarré a Marta, quien parecía estar asustada. Debía, TENIA que correr, pero no podía, me dolía hasta parpadear. La camioneta estaba a 3 cuadras; a paso sostenido seguramente llegaba.


Los ruidos eran cada vez más fuertes…

La obscuridad y el viento empezaban a avanzar tenebrosamente…

Me perseguía…


Hice 2 cuadras… Ya podía ver claramente la camioneta. Pero fue en ese momento cuando escuché lo que me heló la sangre, en ese momento y de por vida.


“¡¡¡¡CARLOS!!!!”


Me di vuelva, aterrorizado, lentamente, me costaba mantenerme parado porque había perdido sangre. Se me cerraban un poco los ojos.


Una silueta escapaba del anochecer, caminando rápidamente hacia mi, arrastrando un pié, desnuda. Le faltaba un brazo. Era una mujer. Era Verónica. Era mi ex.


Seguía gritando mi nombre, se acercaba insistentemente hacia mi como escapando de la horda de Zombies que en poco minutos iba a arrasarnos. Era ella, sin duda alguna. No estaba viendo visiones, no estaba delirando, era ella.


Seguía acercándose…

Lloraba...

Sangraba…

Balbuceaba “Carlos….”

A paso entrecortado pero insistente…

Pronto estuvo a menos de 20 metros mío…

Su piel estaba salpicada en sangre…

Probablemente la de ella misma...

Le faltaba el brazo izquierdo…

Del hombro para abajo…

Sangraba un poco por ahí…

Toda su blanca piel estaba descubierta…

Seguía acercándose…

Rengueaba porque le faltaban los dedos de un pié…

10 metros…

Estaba estupefacto…

Seguía murmurando “Carlos…”

“Sacame de acá…”

“Por favor…”


Simplemente… no lo dudé…


Y le volé la cabeza





[Continua]