11.5.09

[Parte 3 - Episodio 2]

...

Ahí estaba.

Semi congelado.

Jadeante.

Terriblemente vivo.

Terriblemente muerto...


Resultó ser el primer Zombie que me encontré cara a cara. Aparentemente estaba buscando comida, y quedó encerrado en la cámara de Frío. Nunca se dio cuenta de este mortal hecho, y ahora yacía sobre su lado izquierdo, vivo y muerto, todavía intentando alimentarse. No temblaba, pero tampoco hacía otro movimiento que fuera el de masticación. Y se podía escuchar aquel ruido, leve y apagado, pero era definitivamente él el que lo hacía.

No me vio entrar, estaba muy ocupado con sus congeladas hamburguesas, sosteniendo varios paquetes con las manos a centímetros de su boca. Yo pensé que era un cuerpo más hasta que lo escuché.
Me acerqué muy lento, y ahí fue cuando reconocí lo que era.

No supe qué hacer.

Una opción era encadenarlo y sacarlo de ahí, y mirarlo para poder entender cómo viven y funcionan, pero... esa no era una opción.

No iba a encadenar y someter a experimentos al Mati...


Movido por la estupidez y la desesperación, me crucé en su línea de visión. Sus ojos... por Dios...
Me vio, y se quedó mirándome. Yo estaba petrificado. Más que él. Me observaba inerte desde el suelo, con los ojos bien abiertos, como sorprendido. Nos quedamos en silencio. Yo pensaba en la última vez que nos habíamos sentado a tomar un porrón en el balcón, y él seguramente pensaba en mi como una gran Tapa de Asado con Chimichurri. Su masticación había parado. Me observaba atento; me senté y me siguió con la mirada atónita.

Mati..........
La concha de tu madre...

Tenía puesta su clásica vestimenta, zapatillas negras, pantalones negros, y una remera negra con un dibujo de Iron Maiden. La puta madre... el Eddie The Head de su remera dama mucho menos miedo que él. Estaba pálido, un poco golpeado y cortado, aunque sinceramente no vi nada de gravedad. Lo he visto en peores situaciones, claro, nunca siendo un Zombie.

Todavía me miraba, pasmado. No lo había visto parpadear. Me daba miedo de sólo mirarlo, aunque fuera mi amigo. Todavía no logro entender cómo fue que no se me abalanzó encima apenas me vio, aunque probablemente haya tenido las extremidades tan tiesas como cualquier churrasco que haya estado en el Freezer más de 24 horas.

¿Qué hacer?

Vivir... vivió rápido. Y para mi ya estaba muerto, por lo que dejar un cuerpo hermoso era meramente un Eufemismo. Dejarlo ahí tampoco era una opción. Digo, es mi amigo, no puedo hacerle esto.

¿Entonces?



Entonces...


Saqué la Colt...
Apoyé el cañón sobre su sien...
Y mientras me miraba de reojo...
Le volé los sesos...


Salí de ahí, recuperé la camioneta, y volví a casa.
No tengo hambre, pienso que quizás lo mejor sea dormir. Ya empieza a obscurecer y hace frío...

Mañana va a ser un largo día...

3 comentarios:

  1. CLUB DE FANS DE M.L.C.M.
    "MATI LA CONCHA DE TU MADRE"
    PRESENTE

    ResponderEliminar
  2. ahora bien ... si el zombie quedó encerrado en la cámara ... porqué vos no?

    mmmmmmmmmmmm ... hay tufillo raro en esta historia

    ResponderEliminar
  3. Tequesta... como veran, está tratando de poner lógica en una historia en la que los Zombies han obliterado el mundo.


    P.D: Sólo el escritor es el Omnisciente aquí, por lo que vendría bien que haya un poco más de "buenas vibras", que tán bien vienen cuando uno quiere empezár algo. La respuesta al tufillo es "Al escritor se le cantó las pelotas que un golpe de viento le cierre la puerta al Zombie, y al protagonista no."

    ResponderEliminar